El control de la flotabilidad es una de las habilidades más críticas para disfrutar el buceo con seguridad y confort pero también es una de las habilidades más difíciles de dominar en los cursos de iniciación, ¿Tan difícil es? ¿Requiere mucho tiempo dominarla? ¿Es un problema de alumnos torpes o de instructores incapaces?
Para responder a estas y otras preguntas tenemos que reconocer que el equipo de buceo, cantidad y distribución de lastre son las claves de la flotabilidad. En este artículo revisaremos los problemas fundamentales que se encuentran los alumnos y los instructores para configurar el equipo para que se pueda obtener un buen control de flotabilidad.
La secuencia correcta en la enseñanza del control de flotabilidad es:
- Determinar la cantidad de lastre adecuada (justa, ni más ni menos del necesario)
- Determinar la posición del lastre adecuada
- Uso correcto de la respiración
Tradicionalmente algunos instructores de buceo tienen tendencia a lastrar en exceso a los alumnos. Esto se debe a que tienen miedo a que el alumno flote incontroladamente a superficie al no tener todavía suficiente control de la respiración. En realidad produce el efecto contrario. Aumenta el riesgo de un ascenso incontrolado ya que el exceso de lastre obliga a añadir más aire al chaleco, y este volumen mayor de aire se expande o contrae más con pequeños cambios de presión produciendo variaciones mayores en la flotabilidad, sobre todo a poca profundidad (donde el efecto de la ley de Boyle se hace más evidente). Si pensamos que un chaleco de flotabilidad tiene entre 11 y 17 litros de volumen y que un traje de neopreno se comprime perdiendo flotabilidad conforme se desciende en el agua, nos encontramos con alumnos sobre lastrados que tienen que poner 10 o 12 litros de aire en el chaleco para permanecer neutros.
Dependiendo de la envergadura física un buceador o buceadora puede tener entre 4 y 7 litros de capacidad pulmonar, eso significa que el volumen en el chaleco es bastante superior al de los pulmones, y al variar de profundidad el volumen de los pulmones no es suficiente para contrarrestar los cambios de flotabilidad producidos por la cantidad de aire en el chaleco.
Por tanto, el primer paso para el control de flotabilidad es ajustar el lastre. Aquí viene la pregunta que más se oye en los cursos de buceo, ¿Cuántos kilos necesito? Para responder a esta pregunta hay que entender como funciona el equipo y como afecta a la flotabilidad.
Sabemos por el principio de Arquímedes que un cuerpo sumergido en un líquido sufre un empuje hacia arriba igual al peso del volumen de líquido desalojado. Si un objeto pesa 10 kg en tierra y tiene un volumen de 10 litros será neutro en agua dulce, la densidad de este objeto es de 1 kg/litro. Si pesa 9 kg con el mismo volumen de 10 litros flotará, y su densidad será 0,9 kg/litro. Por tanto, cuanto menor sea la densidad del objeto más flotará.
El cuerpo humano desnudo tiene una densidad aproximada de 0,95 kg/litro, por tanto flota ligeramente, y necesitamos aproximadamente un 5 % de nuestro peso en lastre para compensar la flotabilidad inherente al cuerpo. En un adulto de unos 80 kg será de unos 4 kg.
Los componentes del equipo (traje, botella, reguladores, etc…) también afectarán a la flotabilidad. El traje de neopreno provoca flotabilidad positiva dependiendo de su grosor debido a las burbujas de gas que tiene atrapadas dentro. Un traje de buceo tipo mono (una sola capa) para una persona de 1,80 m de altura y unos 80 kg de peso flota aproximadamente:
- 1,5 kg—3 mm de espesor
- 2,5 kg – 5 mm de espesor
- 3,5 kg—7 mm de espesor
Por tanto, tenemos que añadirnos para un traje de 5 mm unos 4 kg para compensar la flotabilidad del cuerpo más unos 2,5 kg del traje. Total unos 6,5 kg.
Esto sin contar otros elementos que puedan flotar como elementos acolchados de los chalecos que pueden suponer fácilmente un kg más.
Ahora tenemos que ver los elementos del equipo con flotabilidad negativa, botellas, reguladores, etc…
La botella es un elemento fundamental en el cálculo del lastre, ya que pueden tener diferente peso para el mismo volumen según el fabricante y eso nos afectará al lastrado. Por ejemplo, una botella del 12 litros que pese en vacío 14 kg tiene una flotabilidad negativa en el agua de 2 kg por tanto nos tendremos que quitar dos kg por la botella más 1 kg por el regulador y grifería aproximadamente, eso nos reduce nuestros 6,5 kg anteriores a unos 3,5 kg.
Teóricamente un buceador de 1,80 m que pese unos 80 kg con un traje de 5 mm, debería llevar entre 3 y 4 kg de lastre. Si la botella pesa más de 14 kg, (algunas llegan a pesar 16 kg) entonces habría que llevar menos lastre. Esta información aparece en las ojivas de las botellas. Y por supuesto si usamos una botella de aluminio su flotabilidad es distinta y aunque pesan más en tierra en el agua flotan más, aproximadamente hay que añadir unos 2 a 3 kg cuando se cambia a una botella de aluminio.
Obviamente no sacamos la calculadora cada vez que vamos a bucear, todo esta información sirve para que sepamos más o menos la influencia de cada parte del equipo y nuestro cuerpo para poder cuantificar a groso modo su efecto. En la practica lo que hacemos es ponernos el equipo y con la botella a 30 bares a 5 metros de profundidad y con el chaleco vacío, deberíamos ser capaces de estar cómodos. Por tanto, al final de cada inmersión, en la parada de seguridad, debemos comprobar si todavía tenemos aire en el chaleco (con no más de 50 bares en la botella) y si vemos que podemos vaciar aire del chaleco significa que podremos quitarnos todavía algo de lastre.
Ahora vamos a enfocarnos en la distribución del lastre y su efecto en la posición del cuerpo.
En primer lugar, debemos tener en cuenta que la posición que menor resistencia al avance nos produce en el agua, es la posición horizontal ya que oponemos menos superficie al desplazamiento en el agua.
Todos hemos visto a buceadores novatos y no tan novatos en la posición que llamamos “caballito de mar” lo que hace que nos cansemos más y por tanto consumamos más aire (otra razón importante para mejorar nuestra flotabilidad).
Para entender porque se produce este efecto con tanta frecuencia en el mundo del buceo, es práctico pensar en un balancín de juegos de los niños.
Para que el balancín se mantenga horizontal es necesario que el peso esté equibrado según la fórmula:
Peso 1 x distancia 1 = Peso 2 x distancia 2
Significa que si ponemos en el extremo izquierdo del balancín a 2 metros de distancia del punto de apoyo 1 kg, podremos equilibrar el balancín poniendo otro kg a 2 metros en el sentido contrario, pero también con 2 kg a solo un metro de distancia.
Entender que es el centro de flotación y donde se ubica es fundamental para entender la posición en el agua o trimado. En tierra, sabemos que el centro de gravedad del cuerpo humano esta situado alrededor del ombligo, esto lo saben muy bien aquellos que practican artes marciales, para conseguir proyectar al contrario su centro de gravedad (ombligo) debe estar por debajo del de el oponente.
En el agua este centro de gravedad se denomina centro de flotación y está ubicado a unos 7 cm por debajo del esternón, y entre 10 y 15 cm más arriba del ombligo, debido a la influencia de los pulmones en la densidad del cuerpo en el agua.
Esto significa que el punto de apoyo de nuestro balancín está en este centro de flotación y es bastante más alto de lo que nuestra intuición terrestre nos dice.
Teniendo esto en cuenta vamos a evaluar diferentes distribuciones de lastre y su efecto en la posición del buceador.
La flotabilidad positiva la proporcionan principalmente el cuerpo y el traje y ambos están distribuidos uniformemente a lo largo del cuerpo, no como los elementos negativos, como la botella y el lastre.
Si vemos el gráfico superior, en un buceador correctamente lastrado, podemos ver que el peso de la botella se concentra en un punto ligeramente por encima de la mitad de la altura de la botella debido al peso de la grifería y el regulador (Flecha roja). En la espalda, este punto está por encima del centro de flotación (sobre todo con las botellas de 12 litros cortas típicas de los centros y escuelas de buceo) y esto nos produciría el efecto de empujarnos la cabeza hacia abajo o la sensación de caída de la cabeza. Vemos que el lastre ejerce su influencia a nivel de la cintura algo más abajo del centro de flotación (flecha negra). Ambas fuerzas negativas están compensadas alrededor del centro de flotación en distancia pero no en peso, y el exceso de peso de la botella comparado con el lastre se compensa con el efecto de flotabilidad detrás del cuello producido por el aire en el chaleco (flecha azul).
Ahora observemos la misma situación con exceso de lastre. Aquí vemos que el exceso de lastre (flecha negra) se tiene que compensar con un exceso de aire (flecha azul) en el chaleco lo que crea un par de fuerzas que levantan la cabeza y bajan las piernas.
Si el buceador se queda completamente quieto seguirá girando hasta que el par de fuerzas se equilibre.Como esa posición no es cómoda para el buceador, mueve las aletas para subir las piernas y no puede dejar de mover las aletas porque en el momento que lo haga se “caerá” hacia atrás.
Es evidente ahora, que llevar mal distribuido el lastre obliga al buceador a no poder quedarse quieto y en una posición muy poco eficiente lo que afecta a la
comodidad y al consumo de aire. Esto también provoca que el buceador levante sedimento o dañe el fondo marino con sus aletas, como vemos en la foto de la
derecha.
Entonces, ¿Esto es un problema del alumno que es torpe y no percibe de forma intuitiva los efectos del equipo en su flotabilidad? O por el contrario, ¿Es responsabilidad del instructor corregir los problemas de configuración del alumno para que pueda controlar la flotabilidad mejor y en menos tiempo?
Por último, nos queda el tercer elemento del control de flotabilidad. La respiración. Como hemos comentado antes, muchos instructores tienen tendencia a lastrar en exceso a sus alumnos. Uno de los motivos por lo que lo hacen es para conseguir que los alumnos que no están cómodos en el agua que tienen la tendencia a retener aire en los pulmones antes de descender, consigan bajar con facilidad. Como hemos dicho antes pueden retener entre 4 y 7 litros de aire por tanto puede que necesiten 4 a 6 kg más solo para compensar todo ese aire retenido en los pulmones para iniciar el descenso. Luego una vez han bajado, y cuando los alumnos se tranquilizan deben llevar esos 4-6 kg de exceso de lastre toda la inmersión con el consiguiente efecto negativo en su control de la flotabilidad. Entonces para solucionar este problema los instructores simplemente tienen que enseñar a los alumnos a exhalar completamente a la vez que deshinchan el chaleco para poder hundirse al inicio de la inmersión.
Es muy importante, por tanto que el volumen de aire en el chaleco sea el menor posible para que la influencia de los cambios de volumen en los pulmones al respirar sea más eficiente en el control de flotabilidad, evitando el efecto “yo-yo” tan típico en buceadores sobre lastrados. Para ello, en IANTD insistimos en que el buceador este correctamente lastrado y en el caso de alumnos es responsabilidad del instructor guiar a sus alumnos en el lastrado correcto. Una frase que me molesta mucho en los centros de buceo en buceadores e instructores es: “ Si tienes dudas ponte uno o dos kg de más que con el chaleco lo compensas”
Entonces, ¿Es mejor quedarse corto de lastre ante la duda?. Tampoco. No hay que lastrar de menos, ya que el alumno puede conseguir descender debido al peso de aire en la botella, que en una botella de 12 litros a 200 bares es poco más de 3 kg al inicio del buceo, pero durante el buceo se consume este peso y al final del buceo a 5 m de profundidad en la parada de seguridad el alumno no se puede mantener aún exhalando todo el aire de los pulmones. O, lo que es peor, durante el ascenso el buceador pierde el control del ascenso.
La respiración en buceo es vital una vez hemos solucionado el lastrado. La respiración debe ser lenta y profunda por razones fisiológicas que más adelante trataremos en otros artículos, pero también para el control de la flotabilidad.
Para conseguir la respiración lenta y profunda se usan trucos, como por ejemplo, contar ciclos. Contar 3 segundos durante la inhalación, una parada de un segundo y contar otra vez 3 segundos durante la exhalación. Estas técnicas se practican fuera del agua (por ejemplo en el curso IANTD Essentials Diver) y se puede aumentar el número de segundos hasta 6 segundos, pero no más ya que provocaría retención de CO2 y alteraciones en el ritmo respiratorio.
Estas habilidades son centrales en los cursos de buceo IANTD de iniciación. En nuestros cursos insistimos a nuestros instructores que dediquen una parte importante del entrenamiento en aguas confinadas a lograr la cantidad y distribución del lastre adecuados. Para ello, nuestros cursos son flexibles y permiten al instructor decidir el ritmo, la secuencia y número de repeticiones de cada ejercicio. Insistimos en que los instructores se mantengan en flotabilidad neutra todo el tiempo y hagan sus demostraciones así. De esta forma los alumnos intentan emular esta posición y al final son capaces de hacer los ejercicios en flotabilidad neutra también.
Esto no sólo mejora el confort del alumno, sino también su seguridad y control en el agua desde su primer nivel de certificación